ACTUALIDAD

Noticias

El INAEM celebra el Día Mundial del Teatro con una jornada de puertas abiertas y diversos actos en el Teatro Valle-Inclán

23 marzo 2006
Se presentará la “Revista Digital de la Escena”, editada por el Centro de Documentación Teatral
El INAEM celebra el Día Mundial del Teatro con una jornada de puertas abiertas y diversos actos en el Teatro Valle-Inclán

El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), en colaboración con el Centro Español del Instituto Internacional del Teatro de la Unesco y el Centro Dramático Nacional (CDN), festeja el Día Mundial del Teatro, que se celebra el próximo lunes 27 de marzo, con una jornada de puertas abiertas y diversos actos en el Teatro Valle-Inclán, sede del CDN.

La celebración se inicia a las 11 horas con la presentación en rueda de prensa de la Revista Digital de la Escena 2005, editada por el Centro de Documentación Teatral, publicación anual en formato DVD que llega a su cuarto número, con una síntesis representativa de la actividad escénica en España durante el pasado año. La revista se distribuirá gratuitamente entre el público visitante durante toda la jornada de puertas abiertas en el Teatro Valle-Inclán, entre las 12 y las 20 horas.

Paralelamente se desarrollarán representaciones de teatro en las calles de los alrededores a cargo de actores y alumnos de la Sala Triángulo y el Centro de Nuevas Tendencias Escénicas. 

DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

El día mundial del Teatro se creó en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). El Día Mundial del Teatro se celebra anualmente el 27 de Marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Se organizan diversos eventos nacionales e internacionales para señalar la ocasión.
 
Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional tradicionalmente escrito por una personalidad del teatro de talla mundial en la invitación del Instituto Internacional del Teatro. http://www.iti-worldwide.org 
 
Día mundial del Teatro – 27 de Marzo de 2006
Mensaje internacional: Víctor Hugo Rascón Banda
(México)

UN RAYO DE ESPERANZA

Todos los días deben ser días mundiales del teatro, porque en estos 20 siglos, siempre ha estado encendida la llama del teatro en algún rincón de la tierra.
 
Al teatro, siempre se le ha decretado la muerte, sobretodo con el surgimiento del cine, la televisión y ahora los medios digitales.  La tecnología invadió los escenarios y aplastó la dimensión humana, se intentó un teatro plástico, cercano a la pintura en movimiento, que desplazó la palabra.  Hubo obras sin palabras, o sin luz o sin actores, sólo maniquíes y muñecos en una instalación con múltiples juegos de luces.
 
La tecnología intentó convertir al teatro en fuego de artificio o en espectáculo de feria.
 
Hoy asistimos a la vuelta del actor frente al espectador. Hoy presenciamos el retorno de la palabra sobre el escenario.
 
El teatro ha renunciado a la comunicación masiva y ha reconocido sus propios límites que le impone la presencia de dos seres frente a sí que se comunican sentimientos, emociones, sueños y esperanzas.  El arte escénico está dejando de contar historias para debatir ideas.
 
El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida.
 
El teatro es un hecho vivo que se consume a sí mismo mientras se produce, pero siempre renace de las cenizas. Es una comunicación mágica en la que cada persona da y recibe algo que la transforma.
 
El teatro refleja la angustia existencial del hombre y desentraña la condición humana. A través del teatro, no hablan sus creadores, sino la sociedad de su tiempo.
 
El teatro tiene enemigos visibles, la ausencia de educación artística en la niñez, que impide descubrirlo y gozarlo; la pobreza que invade al mundo, alejando a los espectadores de las butacas y la indiferencia y el desprecio de los gobiernos que deben promoverlo.
 
En el teatro hablaron los dioses y los hombres, pero ahora el hombre habla a otros hombres.  Por eso el teatro tiene que ser más grande y mejor que la vida misma.  El teatro es un acto de fe en el valor de una palabra sensata en un mundo demente.  Es un acto de fe en los seres humanos que son responsables de su destino.
 
Hay que vivir el teatro para entender qué nos está pasando, para transmitir el dolor que está en el aire, pero también para vislumbrar un rayo de esperanza en el caos y pesadilla cotidiana.
 
¡Vivan los oficiantes del rito teatral!  ¡Viva el teatro!


Compartir