El convento franciscano de la "Santa Cruz", fue fundado por Don Juan de Silva, tercer conde de Cifuentes, en 1.484, como gratitud por haber sido liberado de los musulmanes de Granada y, posteriormente ampliado por Don Fernando (1.512 - 1.545), cuarto conde de Cifuentes. Poseyó claustro alto y bajo, enfermería, dependencias conventuales, huerta e Iglesia. Tras la desamortización de 1.835 entró en clara decadencia, realizándose posteriormente en él diversas obras de acondicionamiento para adaptarle a la función de escuela pública y teatro-cine, quedando enmascarado, casi por completo, su origen.
Hoy, es un edificio exento de planta en forma de "U". Una de sus fachadas laterales domina la plazuela a la que da nombre. En ella, en el primer cuerpo muestra puerta adintelada de acceso al Teatro-Salón y pequeña ventana con función de taquilla. Una línea de imposta, señala la separación con el piso superior. En este se abren tres amplios ventanales. Sobre ellos vuelve a recorrer la fachada una línea de imposta.
En el ángulo con la fachada descrita, se abre la antigua puerta de ingreso a la Iglesia. Es el único elemento de valor artístico del conjunto. Consiste en amplio arco de medio punto flanqueado por pilastras cajeadas con basa, sostenes de cornisa rematada en dos pináculos, uno en cada extremo. En el centro se conserva un pedestal con la fecha de 1.710, posible soporte de una Cruz. Toda la portada está construida en sillares de piedra caliza.
Dentro del patio, se puede apreciar un cuerpo central y dos alas laterales que se adelantan, construidas para albergar las Escuelas Públicas. El central conserva la estructura del claustro con pórtico de arcadas de medio punto sobre gruesos pilares en la planta baja, y en planta alta, grandes ventanales del corredor.
Todas las fachadas quedan desvirtuadas por la incorporación de sucesivos huecos, modificando lo que pudieron ser severas fachadas conventuales con pocos y reducidos huecos de luces. Hoy se están restaurando con el objetivo de convertirlo en un gran centro de cultura que haga gala del alto nivel intelectual que profesaron sus antiguos moradores.