El Señor Ibrahim y las flores del Corán es un canto a la comprensión y al respeto por encima de cualquier ideología y cualquier religión.
La acción se desarrolla en París durante los primeros años 60 del siglo XX en el comercio de ultramarinos del señor Ibrahim, un mahometano sufí, viudo y sin hijos. Como cliente acude a la tienda un adolescente judío que vive en un piso cercano. La relación que se establece entre ambos personajes se va trasformando a lo largo de sus encuentros y conversaciones.