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'En la luna', el último trabajo de Alfredo Sanzol, estará en La Abadía hasta el 8 de enero

02 diciembre 2011

El autor plantea un viaje por sus recuerdos más tempranos en este encargo, una coproducción del espacio madrileo y el Teatre Lliure

 

'En la luna', el último trabajo de Alfredo Sanzol, estará en La Abadía hasta el 8 de enero

Teatro de la Abadía acoge hasta el 8 de enero En la luna, el nuevo montaje de Alfredo Sanzol, un encargo expreso de La Abadía en coproducción con Teatre Lliure que cuenta con un reparto compuesto por los intérpretes Juan Codina, Palmira Ferrer, Nuria Mencía, Luis Moreno, Jesús Noguero y Lucía Quintana.

Esta obra sitúa al espectador en la Luna, con vistas a la Tierra. Con la extrañeza que le brinda la perspectiva del destierro a otro planeta, Sanzol plantea un viaje por sus recuerdos más tempranos, esa infancia que es al mismo tiempo la infancia de la democracia en España. Con su habitual dinámica de encadenar historias cortas, En la luna se revela como un mosaico de quince piezas formando un puzzle que enraíza con los recuerdos y sensaciones más íntimos del autor.

Después de los éxitos conseguidos con los montajes Delicadas, Días estupendos o Sí pero no lo soy, el público ha descubierto en Sanzol un observador agudo de las historias humanas, que sabe transmitirlas de tal forma que la anécdota entrañable, en la que siempre late un peculiar sentido del humor, alcance un vuelo más alto y revele amorosamente nuestra común condición.

Sanzol explica que En la luna es un viaje a los recuerdos primeros, “esos recuerdos que viven en el fondo de la memoria y que reaparecen cada cierto tiempo como relámpagos que explican quiénes somos y de dónde venimos… En la luna está construido sobre esta primera memoria. Lo tenía pendiente. Ha estado siempre presente en todos mis espectáculos, pero nunca había puesto el punto de mira de una manera tan descarada en algo que para mí es muy frágil”. Nacido en Madrid en 1972, el autor pertenece a una generación que nació cuando murió Franco: “Nuestra infancia va ligada a la infancia de la democracia, y compartimos con ella las fiebres del crecimiento y las nebulosas del entendimiento. La democracia y nosotros hemos crecido al mismo tiempo, y el 92 llegó cuando nos hicimos mayores de edad”.

Reconoce igualmente que la Transición impregna sus primeros recuerdos. El ambiente especial de aquellos años… “Para un niño era imposible saber qué estaba pasando, pero lo intentábamos, y la excitación, el miedo, la esperanza, el caos, la palabra “libertad”… se quedaron grabados en nuestra memoria. Son los surcos de nuestro disco duro…  Con estas sensaciones me he ido a la Luna. Casi podría decir que me he exiliado en la Luna, o que me he fugado de la Tierra. Necesitaba salir de aquí para construir esta historia. Los personajes de En la luna no saben muy bien dónde están, saben que están en algún sitio, pero más o menos les da igual. Es la misma sensación que tienes cuando eres niño. Estar en la Tierra te parece muy bien, pero podrías estar en Marte y también te vendría bien. Y cuando eres niño una pesadilla es igual a la realidad. La realidad es presente absoluto, y no puedes imaginar que los mayores fueran una vez pequeños, o que el mundo siga su curso cuando tú no estás…”.

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