La gallinita ciega

Cuando es el aniversario de María, su abuela le regala la gallina de peluche que tanto deseaba. Tan bonita es la gallinita, que María la coloca en el lugar más visible de su habitación, cosa que despierta los celos del resto de juguetes, especialmente de la bruja Granuja y del payaso Saso.

Así, estos dos juguetes prepararán una trampa para dejar ciega a nuestra gallinita, pensando que, si la estropean, la niña María dejará de quererla. La gallinita ciega, no obstante, en ningún momento será consciente de que se ha quedado ciega a causa de un maleficio de la bruja Granuja, y seguirà intentando ayudar a sus amigos (la pelota que ya no bota, el tren que no funciona bien, el yoyó que sube o no...).

Poco a poco, salvando las barreras arquitectónicas que le ponen la bruja Granuja y el payaso Saso, y aprendiendo a desarrollar habilidades alternativas a la vista, la gallinita ciega se habituará a su situación, y se convertirá en una heroína que nos da una muy buena lección sobre la tenacidad y la voluntad de cooperación.