Argumento
Hitler visita la Ópera de París. Un veterano y experimentado guía le muestra las dependencias del edificio. Surge la idea, y también la oportunidad. El modesto empleado tiene la posibilidad de llevar a cabo el atentado con extrema facilidad, aún a riesgo de su propia vida.
En un alarde de megalomanía, el Fuhrer sube al escenario y comienza a recitar versos de Friedrich Schiller. Se emociona. Al contemplar esta emoción, apenas controlable, sobre el escenario del templo del arte por excelencia, surge la duda, casi hamletiana, en la conciencia del viejo guía del teatro. Ante él, un monstruo transfigurándose por la magia de la poesía en el ser humano que pudo ser.
El viejo siente un impulso irrefrenabele de compasión. La debilidad de los fuertes. Esta debilidad es la clave de la pieza.