ESPECTÁCULOS

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Labrys, el hacha de doble filo con la que el rey y las sacerdotisas cretenses sacrificaban al toro escogido para ofrendar al dios del mar Poseidón. En ese día del sacrificio los jóvenes danzantes y acróbatas de Creta amenizaban el acto con bailes alrededor del hermoso animal astado. Este solo de danza, contextualizado en la cultura minoica, analiza la relevancia de la figura bóvida en la cultura mediterránea, adentrándose en un laberinto evolutivo que pone en relación dinámica tres elementos de dicha cultura: lo humano, lo animal y lo divino. Una cabeza de toro a modo de tótem, es el eje de una escena que se va transformando según la relación que entable la bailarina con ella, según como entren en danza lo humano, lo animal y lo divino.