Argumento
Luz Sobre Las Cosas es mi propio cuestionamiento sobre aquello que me mueve y me conmueve, sobre mi propio lenguaje escénico en relación con mi búsqueda intuitiva de esas atmósferas que comunican como un destello, apelando antes a los sentidos, que a la razón y no ya a la “belleza” como gracia, sino al movimiento emocional que se genera en el ánimo del espectador.
Luz Sobre Las Cosas renuncia a esquemas argumentales, a reducciones racionales, situándose en una zona onírico-fantástica que posibilita la libertad formal: abordar el discurso de tal manera que se pueda cargar de significados imprecisos, de sugestiones abstractas, que se convierta en reflexión política personal, pública y privada, social y personal.