Seis cuerpos habitan un espacio en construcción. Lo cuidan, lo sostienen, lo transforman, como si custodiaran una posibilidad aún no revelada. Su labor se ve interrumpida, una y otra vez, por la presencia inquietante de algo que nunca se muestra del todo, pero que late con insistencia.
Ese "algo" se manifiesta finalmente en forma de un bebé gigante: símbolo de lo irreversible, de aquello que al nacer se instala y ya no puede ser des-creado. La pieza explora la tensión entre la creación y la imposibilidad de retorno, entre la necesidad de dar forma y el vértigo de lo que esa forma conlleva.
(Pieza ganadora del Premi de Dansa del Institut del Teatre 2022 y nominada a mejor espectáculo de danza en los Premios Teatro Barcelona 2024)