Lope de Vega, desterrado de la corte, llega a Valencia en busca de refugio. Valencia, capital cultural y económica de la Corona de Aragón se mostrará a los ojos de Lope como una metrópoli multicultural con moriscos, judíos, italianos, franceses, alemanes y griegos poblando sus calles. Una ciudad llena de cultura, de vida y, sobre todo, de dramaturgos, especialmente, Guillem de Castro, un joven de veinte años con el que trazará una gran amistad. En el verano de 1590, Lope está a punto de estrenar su última obra El agua de Valencia (hoy perdida) la víspera de San Juan. El estreno debería haber sido el perfecto final de su de su destierro. En medio de las celebraciones, un suceso grave desemboca en la precipitada partida de Lope y nunca verá estrenar su obra en en el Corral de la Olivera.