Las empresarias Soledad Castro y Bibiana Izaguirre están en la cresta de la ola. Su
empresa, Global Manifiesta, ha recibido los más prestigiosos galardones a la excelencia.
Se han hecho las dueñas soberanas de un mercado con un ingente y variado grupo de
consumidores: la organización integral de manifestaciones.
La idea de Global Manifiesta, perversa pero brillante, está interesando enormemente a
políticos, empresas y organizaciones sociales. Sin embargo, un turbio y escondido
suceso de su pasado va a salir a relucir, amenazando con destruir no sólo a las
empresarias, sino a todo el entorno que les ha apoyado hasta ese momento.