“No” es el detonante que nos hace seguir. El «No» nos habla de la ocultación, de la reducción, de la desmaterialización, de la desaparición. La negación amordaza, silencia, denota la inexistencia. Pero «No» también es todo lo que está por venir. Acumular información, dudar de ella, preguntarnos a dónde vamos. Dudar como motor para buscar respuestas y tomar el riesgo de lo desconocido. La negación es el oxígeno que el fuego consume y alimenta la creación.
Porque el arte es uno de los lugares por excelencia que existe gracias a la negacio?n del mundo "real".