Encantado podría definirse como una obra a medio camino entre lo sagrado y lo pagano, lo obsceno y lo exquisito. Como ya hiciera en Furia, también estrenada en Condeduque, Rodrigues se expresa desde una estética hecha a partir de objetos baratos y cotidianos. En Encantado, 11 intérpretes hacen aparecer y desaparecer figuras, imágenes y composiciones que evocan el Brasil de los contrastes. Una producción que confirma a Rodrigues como una de las figuras más relevantes del baile contemporáneo y que se engloba dentro de la exposición Este puede ser el lugar. El museo performado.