La mecánica sistémica actual capitaliza los cuerpos hasta tal punto, que hace que la única forma posible de contraatacar sea destruirlos. Para ello sería necesario inventar nuevas alternativas de cuerpo, nuevas cajas donde encerrarlo y nuevos métodos para que sigan siendo entes vivos y sensibles no materializados en la fisicidad. Ser un baile debería ser una forma digna de cuerpo.
En esta búsqueda, sobre nuevas formas de existencia menos dolorosas, me encontraba, cuando me di cuenta de que el título de este trabajo estaba funcionando como un conjuro. En el ejercicio de hacer desaparecer el cuerpo, este se hace más nítido que nunca. Un título en presente aleja la idea de un cuerpo en proceso a la espera de ser validado y aparece un cuerpo que ya es y que baila para reivindicar