Esta es la historia de mi abuela Tina y de su abuelo Tino. Vivían en dos preciosos pueblos manchegos, que estaban muy juntos. Un día decidieron reunirse para decidir si sería bueno unirse, y ser una misma población. Entonces comenzaron a indagar cuáles son las cosas que definían a cada pueblo; sus recetas, por ejemplo, y se dieron cuenta de que en cada lugar, las flores de azúcar se cocinaban de una manera diferente, y eso era lo que les daba entidad a cada una. A partir de ahí comenzó una aventura trepidante de nuestros protagonistas, en busca de una receta que nunca olvidarían.