En el escenario de la vida, cuatro intérpretes exploran qué nos impulsa a seguir adelante: ¿el simple paso o una fuerza más profunda? Cada uno carga su propia historia, un camino único marcado por encuentros y desafíos, siempre acompañado de una maleta que es a la vez peso y tesoro.
Frente al destino inevitable, la muerte, la maleta revela miedos y anhelos, dejando solo lo esencial: carne y tiempo. Esta pieza, inspirada en el Camino de Santiago y en la obra “Walkers in the Dark” de Hanoch Levin, reflexiona sobre la felicidad, la esperanza y la resignación.
Una danza entre luz y sombra que nos recuerda que, aunque la felicidad es esquiva, siempre hay una chispa que guía nuestro viaje hacia lo desconocido.