Esta historia comienza con la creación: la Naturaleza da vida a la Humanidad. Pero esta última, seducida por el control, destruye lo que le dio origen. El espectáculo propone una metáfora escénica sobre el abuso de poder, la desconexión con la Tierra y la posibilidad de redención. A través del cuerpo, la luz y el movimiento, El Creador invita a reflexionar sobre la fragilidad del equilibrio natural.