En una escena vacía e in media res, alguien despliega relatos que nacen unos dentro deotros: una bailaora en el Hades; Cupido en las Cruces de Mayo o Medea desplumando una gallina habitan un tiempo anacrónico. Nuestro personaje cuenta y, al hacerlo, induce al sueño. No obstante, justo antes de acabar el relato, una señal hace que la historia continúe, que otro cuento sea narrado sosteniendo así el hilo de la noche. Como para nuestro personaje, para el artista hay siempre un público al que entretener, y ser esclavo de la propia creatividad se convierte en una forma de liberación. Una parábola abierta que quiebra la distancia entre actor y audiencia.
Al final, queda solo el eco de una pregunta suspendida en el aire: ¿estás ahí?