En un mundo hiperconectado, donde las imágenes y las interacciones digitales parecen reemplazar los vínculos humanos, Virtual Death explora la tristeza generacional.
La pieza reflexiona sobre cómo, en la era digital, nuestros lazos físicos y emocionales se entrelazan —y a menudo se diluyen— a través de la tecnología, cuestionando cuán presentes estamos realmente en nuestras relaciones.
En ella, vemos cómo la pantalla se convierte en un tercer protagonista dentro de este dúo.