Hay cosas que solo suceden si estás.
Hay momentos que ocurren por azar, por destino… o por milagro.
Una mujer baila. ¿La viste? ¿O ya ha pasado?
El viento mueve las ramas, el suelo respira, el cuerpo se quiebra y florece.
Nada está asegurado: lo que aquí sucede puede no repetirse.
De Milagro no es siempre el mismo espectáculo.
Es un cuerpo vivo que cambia de piel, de música y de compañía.
Hoy puede ser un solo, mañana un encuentro;
hoy con un cantaor, mañana con un violín o un silencio.
La única constante es la presencia, el riesgo y la entrega.
Como la vida misma.
Como el flamenco.
Como un milagro.