Se escoge el mito de la figura andrógina que se expone en El Banquete de Platón para reflejar el anhelo de restitución de
una plenitud perdida, de reencuentro con un total, representada en la eterna condena de la búsqueda de “la otra mitad”
.
Se presenta la problemática de lo extendido de esta creencia en el mundo occidental que convierte en necesidad vital la
conexión romántica con otra persona.
De esta manera, se desea ahondar, a través del movimiento, en la idea de que el humano es un ser repleto de
contradicciones, dualidades y fuerzas opuestas, y que es solo cuando se acepta en su totalidad que alcanza un estado de
plenitud, un equilibrio armónico.