Si alguien se encuentra al Idiota a la salida del laberinto, no puede menos que quedarse sorprendido de su sonrisa: una extraña sonrisa que se escapa de todo su rostro blando y luminoso; una sonrisa a punto de desprenderse para irse por su cuenta y de convertirse en algo así como una paloma.
EL IDIOTA, María Zambrano
María Zambrano dedica un texto breve e inmenso al retrato del Niño de Vallecas pintado por Velázquez. La pensadora describe en él la figura del idiota, un modelo de desposesión y alegría que vive en un acuerdo estrecho con la realidad.
El idiota hace sin juicio, vive entre las cosas sin más, sin preocuparse por su sentido. El idiota se deja iluminar por el sol, respira y vive deslumbrado por el instante y no por su posesión. En este escrito Zambrano hace apología de una