En el abismo intento encontrarme una y otra vez. Tras sueños interminables despierto desnudo; el viento frío congela mi anhelo de luz. La vida solo puede nacer de la destrucción constante, y aun así busco el coraje para resistir el dolor repetido. El verdadero valor no surge para uno mismo, sino al amar y sostener al prójimo; solo entonces aprendemos a amarnos.
El arte no siempre fue poderoso, lo es porque lo creemos necesario, y así se vuelve eterno. La eternidad es lo que se desvanece y permanece, lo invisible que deja huella, lo intangible que conserva su calidez. La fe también: no somos nosotros quienes creemos, la existencia misma es fe.
Caer, perder, amar, morir, ser feliz, una y otra vez… ¿qué descubrimos? Mi único deseo es transformar cada paso en oración: que