Agua de Mayo nace como una aspiración energética por generar apertura en colectividad.
Como un retorno a la danza en su estado esencial: el cuerpo en movimiento, habitando el espacio y el tiempo.
Se presenta en forma de suma orgánica que se expande y se transforma, como un pulso constante que permanece y toma fuerza. Un proceso en espiral, donde cada repetición es un paso hacia una mayor libertad física, afectiva y espiritual.
Un recordatorio de que el acto de abrirse, de mostrarse vulnerables y libres, en comunidad, es un acto radical de empoderamiento y humanidad.