Comedia trágica para tres títeres y un actor. En un homenaje al teatro en sus diferentes formas, SAETA reflexiona sobre el rol del actor, el sentido profundo de su oficio, la esencia del teatro y sobre cómo el teatro se entrelaza con la vida misma. Los personajes existen únicamente ahí, en ese espacio y en ese momento, y así como el actor da vida a los personajes, es de ellos mismos de quien depende la obra en un recordatorio eterno de la interdependencia entre creador, creación y el acto vivo del teatro. Todo se derrumba, nada es lo que parece en esta tragedia cómica. El juego del teatro nos permite ser lo que no somos, habitar lugares y tiempos no conocidos y vivir experiencias al margen de nuestra realidad.