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El Teatro Español acoge ‘La función por hacer’, una de las revelaciones de la tempoarada

14 abril 2010

El montaje estará en cartel del 15 de abril al 16 de mayo

El Teatro Español acoge ‘La función por hacer’, una de las revelaciones de la tempoarada

El montaje La función por hacer, una de las grandes sorpresas de la temporada, regresa a Madrid al escenario del Teatro Español, donde permanecerá del 15 de abril al 16 de mayo, para después seguir girando por otros espacios de Gijón, Bilbao…

 

La función por hacer es una adaptación libre de Seis personajes en busca de Autor de Pirandello, pero la acción no se desarrolla durante un ensayo sin público de una compañía de teatro de la primera mitad del siglo XX, sino durante la representación de una función a cargo de una compañía del siglo XXI en un teatro del siglo XXI.

 

Candidato como Espectáculo Revelación a los Premios Max, los autores de la adaptación (Miguel del Arco y Aitor Tejada) explican que cuando se plantearon la posibilidad de montar un texto como Seis personajes en busca de autor, “sentimos la necesidad de hacerlo de una forma íntima, casi en forma de desesperado susurro. Como una familia que lava sus trapos sucios y que, por la pasión, se deja llevar. Alguno llama al orden, las paredes oyen. Pero hay personas que lo que necesitan es convocar a las paredes para escribir en ellas lo que les atormenta. Que las paredes que las han encerrado, contenido y acechado durante tanto tiempo se resquebrajen para escuchar su historia y así confirmar su propia existencia”.

 

Con dirección de Miguel del Arco, el montaje de Kamikaze Producciones presenta un reparto actoral compuesto por Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto y Cristóbal Suárez.

 

La compañía ha reescrito el drama que mueve a los personajes a emprender su incivilizada y revolucionaria acción: “Nos parecía que el original estaba demasiado sujeto a los preceptos morales de principios del siglo XX como para resultar verosímil. Un siglo después, vivimos en una sociedad desafortunadamente acostumbrada a casi todo. Sin embargo, la reflexión sobre el teatro y la naturaleza del hombre que Pirandello desarrolla en su obra sigue intacta, como intacta sigue la fuerza con la que golpea el corazón de cualquiera que se pare a escucharlas”.

 

A través de una puesta en escena hiper realista, prácticamente sin escenografía, sin grandes despliegues de iluminación, vestuario o atrezzo, el montaje presenta a los actores y a la palabra viva, sin más: “Pretendemos que el público llegue a preguntarse si lo que está viendo es real o no; que se vea obligado a procesar a toda velocidad la información que recibe, para decidir cómo debe actuar, porque sus reacciones y sus emociones serán parte activa del espectáculo. Pretendemos convertir al público, a fin de cuentas, en un personaje más de la función que se desarrolla ante sus ojos, a partir de la aparición de los personajes”.

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