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El Teatro Jovellanos estrena 'El delincuente honrado', en versión de Carlos Álvarez-Novoa

17 agosto 2011

Jesús Cracio dirige esta versión de una de las obras dramáticas de Gaspar Melchor de Jovellanos, de cuya muerte se celebra el doscientos aniversario

 

El Teatro Jovellanos estrena 'El delincuente honrado', en versión de Carlos Álvarez-Novoa

Bajo la dirección de Jesús Cracio y con un reparto netamente asturiano, el Teatro Jovellanos  de Gijón estrena el sábado 20 de agosto una nueva versión de El delincuente honrado, una producción de Fundiciones Teatrales con dramaturgia y adaptación de Carlos Álvarez-Novoa, y que obtuvo el Premio Jovellanos a la Producción 2010.

Con los intérpretes Mariano Venancio, María Cotiello, Manuel Pizarro, Félix Corcuera, David Soto, Michel Díaz y Silvino Torre, la obra es, en palabras de Carlos Álvarez-Novoa, una comedia lacrimosa que en pleno Neoclasicismo y, a pesar de su intención didáctica, supone un claro precedente del teatro romántico.  El autor de la versión explica, igualmente, que ha tratado de respetar la estética, el lenguaje y las situaciones dramáticas originales, a la vez que alaba la puesta en escena de Jesús Cracio, ambientada a principios del XIX, “en fechas más cercanas al triunfo romántico, en vez de 1733, época en que fue escrita la obra”.

Por su parte, dice Álvarez-Novoa, ha intentado agilizar el lenguaje, tanto en el léxico como en las construcciones gramaticales más arcaizantes o que resulten menos teatrales: “También he modificado o sintetizado cuidadosamente aquellos fragmentos que por su excesivo énfasis o por el tono reiterativamente didáctico en lo explicativo pudieran dificultar gravemente el ritmo dramático”. En definitiva, el autor de la versión ofrece una propuesta dramatúrgica que facilita su actual puesta en escena: “Por ejemplo, los tradicionales “apartes” han sido en muchas ocasiones sustituidos por conversación con el público, como si se tratara de un oyente invisible; esta ruptura con la llamada cuarta pared, aporta un cierto distanciamiento que puede funcionar como pincelada de humor”.

Por su parte, Jesús Cracio considera que la obra, al enfrentar dos palabras de significado opuesto, origina un nuevo sentido y bien podría haber sido escrita a día de hoy al tratar de un tema tan actual: “Jovellanos plantea un conflicto clásico y universal. ¿Puede haber un significado más actual a tenor de los contaminados vientos que hoy soplan por el mundo?”.  Explica el director de escena que Torcuato nos seduce por “su lucha interior del héroe romántico en la pugna por mantener su carácter de personificación del bien universal frente al hondo temor de ser el asesino más execrable del mundo”.

Partiendo de la comedia lacrimosa, Jovellanos inventa una nueva variante teatral rompiendo las reglas del teatro neoclásico en el que predominaba el carácter de los personajes para crear “un nuevo consorcio entre circunstancia y emoción, desplazando el análisis psicológico por la reacción emocional, teoría que está en consonancia con la de Diderot sobre el género lacrimógeno. Al existir una íntima ilación entre la ópera y el melodrama, he arropado el montaje con una gran oleada de música que nos arrastra desde su comienzo hasta la escena final. La comedia lacrimosa es como una ópera en la que la emoción es la música”, afirma Jesús Cracio.

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