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La Red

El Auditorio de Cuenca prepara el estreno de ‘El pequeño deshollinador’

02 diciembre 2011

La Escolanía Ciudad de Cuenca protagoniza esta ópera para niños de Britten

El escenario del Auditorio de Cuenca acogerá el próximo 21 de diciembre el estreno de El pequeño deshollinador (The little sweep), una ópera de para niños de Benjamin Britten que cuenta con la producción íntegramente conquense, con la Escolanía Ciudad de Cuenca y la participación de más de 70 niños. La dirección de orquesta correrá a cargo de Carlos Checa y la dirección escénica, de Ignacio García, garantizan un alto nivel de exigencia y de calidad del espectáculo. Tras su estreno en Cuenca, el montaje estará el día 22 en el Teatro Buero Vallejo de Guadalajara, el 6 de enero en el Teatro de Rojas de Toledo y el 7 en Albacete. El montaje es un aperitivo del  centenario del nacimiento de Britten en 2013.

El pequeño deshollinador es una obra enfocada a niños y adultos que reclama la solidaridad, el compañerismo y el compromiso social. Es una producción nacida y realizada en Cuenca, que después conocerán otras ciudades, y que tiene como protagonista los más de setenta niños de la Escolanía Ciudad de Cuenca. El director musical del montaje, Carlos Checa, destaca el “gran valor interpretativo” de Escolanía Ciudad de Cuenca, que a pesar de tener sólo 2 años de historia se está enfrentando a una obra tan compleja como la ópera de para niños de Britten: “Los componentes de la Escolanía están demostrando una gran flexibilidad vocal y un altísimo nivel interpretativo”. Resalta igualmente que se trata de la primera ópera para niños que se hace en Castilla la Mancha, de ahí el valor y la importancia del proyecto: “Es una producción hecha íntegra en Cuenca… Es un paso más en la tradición y en la apuesta de este ciudad por la música clásica”. Además, apunta el director musical, se reforzó también la apuesta para que los principales papeles estuvieran cantados por niños, “a diferencia de otros montajes de la ópera en los que se ha utilizado a cantantes mayores”. Trabajar con niños, dice, es muy tan gratificante como sorprendente…

Comienza la obra con la llegada del maestro deshollinador Black Bob, su hijo Clem y Sam, el pequeño deshollinador de ocho años que tiene a su cargo, a Iken Hall, en Suffolk (Inglaterra), en enero de 1810. Ordenan a Sam que suba a limpiar la chimenea del cuarto de los niños y queda atascado en ella. Los niños de la familia Brook y sus primos, que están de visita, le rescatan…

Sin embargo, apenados por la situación del pequeño deshollinador, deciden ayudarle a huir de su maestro y de esa vida tan dura. Las vicisitudes de los niños para lavar, esconder y ayudar a huir a Sam son el argumento de esta obra, que plantea nuevos retos a la Escolanía Ciudad de Cuenca, con tan solo dos años de existencia y que nace vinculada al Orfeón Ciudad de Cuenca, ambos dirigidos por Carlos Lozano. Formada por y para jóvenes a partir de siete años, la finalidad de la Escolanía es la difusión de la música vocal, así como la formación de los jóvenes en esta disciplina.

Carlos Checa considera que se trata de una obra muy actual. La intención, señala, es promover una reflexión sobre el drama de la explotación infantil y el drama de los niños maltratados… “Britten sitúa la acción en 1810 y, sin embargo, el drama de sesos niños se repite en la actualidad”. Cantada por niños, dice el director musical de la obra, el público puede “sensibilizarse más con el drama que plantea la obra que nos devuelve a una historia del pasado”, intensificándose la “conexión con el espectador”.

En opinión de Checa, El pequeño deshollinador es una obra muy “atractiva” para el oyente, con un drama intenso y un final feliz, apta para un público familiar y para niños de 7 años: “Es una manera de introducirlos en el mundo de la ópera. Podemos llegar con esta obra a un público que igual no se atreve normalmente a ir a la ópera”.

 

 

 

 

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