Tevy está perdida en un aeropuerto vacío. Sólo hay una señora muy desagradable haciendo cosas raras. Tevy se pregunta: "¿Por qué estoy aquí, y por qué esta mujer no desaparece?". Lo cierto es que no está soñando, ni en coma, ni mucho menos muerta. Lo que le pasa a Tevy es que hacía mucho tiempo que no estaba sola por decisión propia y su sentimiento de culpa es enorme.
Pronto cae en la cuenta de que esa señora es Soledad, y no tiene intenciones de separarse de ella.