Un espectáculo de 15 minutos. Una bailarina y un cubo de tela que se va abriendo y transformando tal que un origami. Mientras tanto la banda sonora va evolucionando al ritmo de los movimientos.
Oda al viento y al cambio.
Un caparazón que viste, protege y esconde.
A veces nos pega y a veces se nos escapa.
¿Si nuestra piel se pudiese expresar, que nos contaría?
La fluidez de la coreografía, la belleza plástica y la música logran
un espectáculo abierto a la libre imaginación.
Una propuesta innovadora para todos los públicos, que
cautivará tanto a los pequeños como a los mayores con
su sencillez.