La compañía Los Noctámbulos investiga el mundo de los objetos y las miniaturas a través de un cuento escénico. Cajas de música, instalaciones llenas de magia, sillas en las paredes, una escalera para ver la luna, una mujer que se pinta los labios dentro de otra caja, ropa tendida en lo ato de una casa muy pequeña... imágenes que surgen de la oscuridad para que el espectador imagine. Mundos sacados de un lenguaje surrealista y poético.
Este pequeño gran mundo está pensado para grupos de 40 espectadores colocados en semicírculo. El hombre que nunca se moja combina la narración con la manipulación de pequeñas cajas de juegos visuales y sonoros en la penumbra, entre ellas la casa de Heliodoro y música en directo. La compañía apuesta por una manera distinta de contar historias que integra todos los sentidos.
Al final del espectáculo, el público es invitado a visitar, tocar y oler las pequeñas instalaciones que utiliza el montaje.
Uno por uno, cada espectador entra en un túnel de tierra en completa oscuridad. Son guiados por un delicado ser del inframundo que les conducen a la casa de Heliodoro. Heliodoro les invita a pasar, a sentarse y mientras llega todo el mundo comparte pequeños trozos de su vida con ellos. Heliodoro apaga la luz de su casco, suena una caja de música y una voz comienza a contar...
El túnel y cada instalación han sido impregnados de olores diferentes que ayudan al espectador a viajar a su imaginario.
El espectáculo ha sido creado en su totalidad por Jesús Nieto y Cristina Peregrina.