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Salva Bolta: “Creo que el público espera que el teatro regenere las ideas”

14 febrero 2013

A diez días de que finalice la XIII edición del Festival Escena Contemporánea, y a falta de hacer el balance definitivo, su director artístico, Salva Bolta, sigue viviendo el día a día con la misma excitación que experimentó en la inauguración, el pasado 30 de enero. Pero también, como él mismo nos confiesa, “con mucha felicidad”.

Salva Bolta: “Creo que el público espera que el teatro regenere las ideas”

El proceso de selección de las propuestas que integran Escena Contemporánea (hasta el 24 de febrero, en Madrid) ocupa varios meses. Y, en poco menos de un mes, la organización se somete al examen de un público especialmente interesado en la vanguardia escénica. Porque eso es precisamente Escena Contemporánea: vanguardia, novedad, propuestas de nuevos lenguajes y nuevos mensajes... Madrid se convierte por unas semanas en el centro de la creación contemporánea, o al menos trata de afianzar su posición como tal. El “sello” lo pone este año Salva Bolta, que cuenta con una dilatada trayectoria profesional como actor, director y escenógrafo.


¿Cómo estás viviendo estos días?
Como si cada uno fuera un estreno. Con la expectativa de cómo está funcionando el festival y la inquietud constante de pensar: ¿esto interesará? Y, la verdad, creo que sí interesa.

Y, hasta el momento, ¿qué sensaciones estás teniendo?
Puedo decir que resulta gratificante comprobar que hay mucho público en Madrid para el tipo de propuestas que ofrecemos en Escena Contemporánea. Eso me confirma que este certamen es necesario porque el público demanda este tipo de trabajos que proponemos. Son propuestas que normalmente no ocupan mucho espacio en las carteleras, y por eso -también por el propio interés del público, insisto- se hace tan necesario Escena Contemporánea. Además, yo soy de los que piensa que el teatro, para muchos, es un lugar done reina la palabra y la idea. Y en estos momentos, mucha gente, el público, espera que el teatro regenere las ideas.

¿Qué tipo de espectadores estás viendo que acuden a Escena Contemporánea?
Principalmente hay mucho público que no pertenece a la profesión, y esto es muy importante para mí. Creo que lo grande de Escena Contemporánea es que cada director artístico del evento hace una propuesta. Yo he tratado en todo momento de que trabajos seleccionados huyan de un planteamiento endogámico. He intentado hacer un festival dirigido principalmente al público porque, la verdad, me preocupaba que pudiera quedar demasiado cerrado.

En esta edición encontramos un mayor número de propuestas de género teatro. ¿Es fortuito?, ¿tiene alguna razón de ser?
La selección de la programación habla de mí y, claro, me siento “fuerte” en un terreno que reconozco como “mío”: el teatro. Eso sí, se trata de un planteamiento -como su propio nombre indica- de escena contemporánea; se trata de ofrecer artes escénicas de vanguardia, sea cual sea el género en que se manifieste. Por eso también he tratado de contenerme.
En cualquier caso, me interesan sobre todo las propuestas de artistas que se quieren comunicar con el público.

La convocatoria de Escena Contemporánea recibió centenares de propuestas. ¿Fue ardua la selección?
Pues sí. Por ejemplo, tuvimos que elegir solo tres proyectos, de entre más de cien, para espacios no convencionales. ¡Solo tres proyectos! Tener que limitarte a tres es un auténtico dolor.

A la vista de los proyectos recibidos, ¿se puede hablar de países con una especial fuerza creativa en determinados terrenos?
En cuanto a ideas y lugares, las propuestas van por todas partes y son de todas clases. En todos los países hay trabajos contemporáneos muy buenos. La diferencia, si acaso, es que hay países cuya estructura artística contribuye a que la creación sea más profusa. Y es cierto que, desde Centroeuropa llegan propuestas muy, muy interesantes.

¿Y cómo ves la situación en España?
En España, bueno, hay un deterioro de la situación, todo el mundo lo sabe, no estoy diciendo nada nuevo. Este deterioro empezó en la legislatura pasada, pero en ésta está siendo especialmente duro. Basta con abrir un periódico y ver el poco espacio que ocupan las artes escénicas. Es una situación durísima. Aún no se sabe cuantas paredes van a quedar de pie, y hasta que no se caigan todas y quitemos los cascotes no sabremos en qué situación nos hemos quedado, quiénes han podido quedarse en pie.

 

Más información sobre la programación en Escena Contemporánea.

 

 


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