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Entrevista con José Luis Rivero, Director Artístico de MAPAS Fest

18 julio 2022

El festival arrancó el pasado 2 de junio y se extenderá hasta el 30 de julio con casi 300 artistas de 15 países. Forma parte de “un proyecto mucho más amplio que se ha llamado Canarias en Escena”.

Entrevista con José Luis Rivero, Director Artístico de MAPAS Fest

Cerca de 300 artistas de 15 países (Costa Rica, España, Noruega, Perú, Dinamarca, Italia, Ucrania, Portugal, Chile, Argentina, Australia, Uruguay, Colombia, Bélgica y Sudáfrica) se dan cita en el archipiélago canario desde el pasado 2 de junio para participar en la primera edición del MAPAS Fest, un festival que viene a ser la continuación “natural” de MAPAS-Mercado de las artes performativas del Atlántico Sur, un encuentro creado por el Gobierno de Canarias que recoge la actualidad creativa internacional a través de la música en directo, el teatro de calle, el circo, la danza contemporánea y el teatro en salas y que este año ha alcanzado su quinta edición.

Hemos hablado con José Luis Rivero, director artístico de MAPAS Fest y del proyecto Canarias en Escena –y miembro de la Comisión de Danza de La Red–, para que nos hable de cómo se gestó el festival, de su filosofía y del camino seguido hasta conseguir poner en pie un evento que cuenta con 88 funciones en 44 emplazamientos de las ocho islas que componen la comunidad autónoma.

¿Cuándo comenzó a gestarse MAPAS Fest, cuándo surgió la idea inicial de crear un festival de estas características?

MAPAS como mercado nació en 2017 y tenía 3 ejes de trabajo: la ronda de negocios entre profesionales, la formación técnica y los paneles de discusión -también entre el sector profesional-, y una parte de exhibición abierta al público que de facto funcionaba como un festival de cara a la ciudadanía. Tras el parón del confinamiento se retoma en 2021 ampliando el territorio de Tenerife a Gran Canaria, separando la Música y las AAEE.

La siguiente evolución ha sido en 2022 con MAPAS Fest, que toma la parte de exhibición y la convierte en un gran festival que se expande a las 8 islas de Canarias. De esta manera se cubren varias líneas que el Gobierno autonómico está planteando en la reconfiguración que pretende en el sector escénico, como parte de un proyecto mucho más amplio que ha llamado Canarias en Escena (entidad asociada a La Red). A partir de esta revisión de la política cultural que pretende definir la Viceconsejería de Cultura me proponen generar la línea editorial para las dos primeras ediciones durante este año natural.

¿Cómo ha sido el proceso de coordinar la colaboración de hasta “25 instituciones locales” para culminar el proceso de configuración de este festival?

Eso ha sido lo más difícil. El equipo de MAPAS Fest está cualificado para lo que sabemos hacer, trabajar con la parte profesional sobre el diseño de una programación bajo líneas curatoriales definidas, pero la idea de un Festival que se expande a todo el territorio implica conocer y reconocer el ecosistema, sobre todo en una región geográficamente discontinua como la nuestra y acostumbrada a acciones insularizadas, pero que no se abren más allá de ciertas localizaciones (aunque hay ejemplos muy buenos que tras varios años de intentos lo han conseguido).

El propio Gobierno tiene otra herramienta similar en la música clásica, el Festival de Música de Canarias, que han tomado como modelo. Sin embargo, siempre consideré que teníamos que hacer las cosas algo más horizontales, proponiendo acciones de envergadura más allá de las dos islas capitalinas. El resultado es que hemos generado 88 funciones en 44 localidades distintas del archipiélago, y esto implica salirnos de los centros habituales de representación e indagar las posibilidades del territorio. Sin la implicación de los Cabildos y muchos Ayuntamientos hubiera sido imposible gestionarlo porque ellos son los titulares de las salas o del espacio público. Ha sido muy complejo de formalizar, pero la respuesta en los sitios pequeños que reciben compañías tanto de nuestro territorio como internacionales está siendo muy gratificante.

¿Cuál es el hecho diferencial de este festival respecto a otros que ahora se desarrollan en toda España?

No me ocupa nada encontrar un hecho diferencial. No pretendemos medirnos ni rivalizar en grandes eventos. Nuestra web se abre con un Manifiesto en el que intentamos dejar bien clara esa posición: preguntarnos cuál es el lugar de la poética en la sociedad que hemos construido ya me parece una cuestión muy amplia, preguntarnos cómo el arte escénico nos permite transitar esta realidad desde la resistencia a todas las tensiones que soporta el ser humano contemporáneo. Poder formular esas preguntas ya me parece suficiente, y escuchar y participar colectivamente de las respuestas que el arte nos puede ofrecer sería un avance inmenso. La intención es aplicarlo en el territorio y abrir las posibilidades del arte y la cultura a la ciudadanía para generar un discurso sólido y honesto sobre temas importantes de los que habla el buen teatro, un dialogo entre pares ajeno tanto al escaparatismo, como al escapismo habitual.


Háblenos un poco del proceso de selección del programa de exhibición.

Para mí las artes escénicas instituyen una forma muy válida de comprender la realidad compleja que vivimos y la curaduría sigue ese principio. Me preocupa lo que ocurre en el mundo y cómo cada vez tenemos menos herramientas críticas y libres para ejercer la democracia, cómo perdemos algo de nuestros derechos poco a poco y cómo aumenta nuestra imposibilidad de resistir ante el poder, nuestra capacidad para ver más allá de lo que nos quieren contar o que creamos. Al mismo tiempo, también como región pequeña hay que comprender el rol que juegan las estructuras de este tipo para acercar a la ciudadanía propuestas que de otra manera no podrían ver porque no forman parte de los circuitos, o de las posibilidades de una temporada estable. En ese equilibrio también entra en juego la posibilidad de lo pequeño y de lo disruptivo, de la necesidad por una solidez dramatúrgica e interpretativa más allá de la puesta en escena, el formato o el cartel. No hay grandes nombres famosos, pero sí mucha profesión de base, y un trabajo muy honesto.

Con esos mimbres he ido oteando el paisaje internacional y hemos seleccionado propuestas de 15 países que nos hablan de muchos temas: los feminismos, el poscolonialimo, las violencias a las que nos someten desde múltiples puntos de vista, la desprotección de las personas más vulnerables, la vulnerabilidad de nuestro propio cuerpo físico, emocional y social, en general son temas sociales, políticos, humanos. No busco generar itinerarios preconfigurados, tan solo plasmar la enorme contundencia del discurso artístico en la radiografía del mundo contemporáneo que habitamos: si hay conexiones entre “La violación de una actriz de teatro”, un texto íntimo de la chilena Carla Zúñiga; la poesía visual de “Bianco su bianco”, de los suizos Finzi Pasca; o el desconsuelo expresivo de un texto agrietado de Pablo Fidalgo en su “Enciclopedia del dolor”, tendrán que descubrirlas los públicos.

A pesar de la amplia presencia de compañías y artistas internacionales, destaca en el programa el gran número de compañías de Canarias… ¿Qué va a suponer para el tejido artístico de la comunidad este festival? ¿Cuál es la situación de la creación canaria en estos momentos, necesita algún tipo de apoyo?

Bueno, eso era una condición autoimpuesta para abordar el proyecto. Al final hay 17 proyectos generados con creadores/as de las islas, además de la intervención de otros muchos grupos profesionales canarios en la totalidad de MAPAS Fest. Para mí un festival es un modo, no un evento, una forma discursiva para intercambiar ideas y para probar nuevos acercamientos a las artes escénicas desde lo público. No todo debe resolverse en la producción y exhibición reiterada. Esos proyectos son muy variados y hay líneas para abrir las posibilidades creativas a los y las intérpretes canarios/as, para probar nuevos formatos, nuevos contextos o nuevas formas de acercarse entre los y las artistas, y de este colectivo con la comunidad. También para optar a proyectos difícilmente abordables por nuestro propio tejido de forma independiente. Y todo eso tiene que ver con las carencias que existen y los apoyos que hacen falta para densificar el sector y para dotarlo de otras maneras además de las habituales “ayudas a” lo que sea, que en el fondo son sistemas administrativos repetitivos que, aunque los consideremos necesarios, pierden de vista el detalle y lo pequeño, la riqueza del ecosistema.

El festival no se limita a programación e incluye talleres, propuestas de work in progress… En los últimos años se ha asentado este tipo de formato que llama a la participación, incluso a la participación en procesos creativos… ¿Es un planteamiento que ha llegado para quedarse?

Llevo más de 20 años trabajando en estos formatos y más que necesarios los considero imprescindibles. Desde la institución pública tenemos que ampliar el espectro de trabajo y de relación con los y las creadoras porque no todo puede resolverse dentro de un marco tan estrecho y orientado como el sistema productivo que manejamos. La visión mecanicista ya no funciona bien -aunque se mantenga su statu quo- y necesitamos proponer otras formas de relación y mediación con los públicos. En mi opinión, podemos entender las muchas interacciones que permite el modo festival de una forma más orgánica, en el que todas las piezas se requieran al mismo nivel dentro del proyecto. Por ese motivo la programación implica exhibición de compañías con trabajos ya cerrados, especialmente las internacionales, pero también coproducciones donde hemos mezclado artistas y continentes, procesos de trabajo transversales compuestos por intérpretes de diversos lugares que se unen a la comunidad local para generar creaciones colectivas, residencias artísticas individuales y grupales, trabajos en proceso sin obligatoriedad de generar una forma concreta de presentarse, investigaciones escénicas cuyos resultados se estrenarán en otros festivales y un largo etcétera de modos, de formas para experimentar y generar nuevos espacios de comprensión para las AAEE.

Hemos creado un sistema de bitácora y de blogs para contar esas creaciones y poner gran parte de los procesos al servicio de la comunidad y los públicos que seguirán resonando más allá de las fechas de cierre de MAPAS Fest, con el objetivo de generar también una mayor amplitud de los públicos y sus miradas sobre la escena.

Imagen: © Agencia Efe

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